Cazadores…mejor no digo ná.

O sí, pues claro que voy a decir. Los pensamientos que me acechan cuando oigo hablar de cazadores son de lo más negro.

La caza tuvo un sentido en épocas prehistóricas, en épocas medievales, incluso en épocas de nuestros abuelos, cuando de ello dependía poner carne en la mesa, y existía un equilibrio entre el hombre y la fauna. Hoy en día, cuando las piezas cobradas solo sirven para sacar una foto que demuestre quién es el más burro de todos los presentes con escopeta, la caza no tiene sentido. La mayoría de las piezas se desechan, ya que los conejos están llenitos de enfermedades que los hacen incomibles, las palomas de parásitos, los jabalíes de…otras cosas…No hay ninguna seguridad alimentaria en estas piezas.

ciervo joven
Vamos, que no servimos ni para croquetas…cocretas…cloquetas…como se diga!

A pesar de ello, existen los cazadores, y los cotos de caza. En estos lugares se intenta mantener la buena salud de las piezas a cobrar, alimentándolas e incluso medicándolas, de forma similar a una explotación ganadera, por ejemplo.

Pero por lo que no paso, de ninguna manera, es por aguantar, soportar, tragar, consentir, a aquellos cazadorzuelos de fin de semana que se creen que el monte es suyo. Señores, las normas de caza especifican que no se pueden pegar tiros a menos de 50 metros de cualquier camino (transitado o no, nunca sabes si pasa alguien) y menos de 200 metros de cualquier edificio. Y esto, en Arraiz, no se cumple.

PRIMERO, QUE QUEDE CLARO QUE NO ES UNA ZONA DE CAZA, NI COTO, NI PRAO, NI NÁ.

Segundo, por allí pasan continuamente: familias con niños, perros, ciclistas, corredores, abueletes, montañeros, fotógrafos…gente en general y disfrutadores de la naturaleza en particular. Y sí, los perdigones caen sin fuerza, peeeero, repito: NO ES UNA ZONA DE CAZA. ¿Queda claro?

Esta rabieta tiene su razonamiento: en estos dos últimos meses, al pase de las torcaces, los tordos o zorzales, lo que sea que pase en esta época, unos cuantos aficionadillos se han apostado a la vista de todo transeúnte y han pegado tiros. Y han matado, indiscriminadamente, lo que han podido. Porque otro de los problemas de estos «cazadores»es que no tienen buena vista, y lo mismo les da un zorzal que un estornino que una rapaz pequeña. O confunden a un ciclista con un conejo…

Tú déjales que se me pongan a tiro…a ver quién corre más!

Lo único que me consuela es que, de vez en cuando, la Policía Municipal hace acto de presencia y alguno se va calentito con alguna multa…o eso espero. Yo, por mi parte, estoy pensando en subir con un silbato asustaviejas, a ver si se dan por aludidos…antes de encontrarme con un perdigón en el culo!

¿Os imagináis a estos chiquitines colgando del zurrón de algún desaprensivo?