Este verano de 2019 hemos tenido un cisne negro durante unos meses conviviendo en La Peña con otras anátidas. Teniendo en cuenta la anilla que lucía en su pata derecha, deducimos que se escapó de algún recinto protegido para pasar unos días con sus amigos.

Este mismo verano, en el parque de doña Casilda, conocido mundialmente como el parque de los patos, un fantástico cisne blanco se dejaba fotografiar en su mejor perfil

y entre ellos rivalizaron colocándose en posturas imposibles, doblando su largo y flexible cuello

para ofrecer la foto más luminosa

oscura y reflectante

reclamando atención

acercándose a los intrusos

hasta conseguir un primer plano

de sus acaramelados ojos y pico rojo

o su característico morro y ojos negros y pico naranja

Similares y con grandes diferencias, dos bellezas sin igual.