En los bosquecillos de coníferas de Arraiz es fácil ver grupos de reyezuelos listados revoloteando inquietos entre las ramas en busca de comida.

Es un pajarillo menudo y rechoncho de vivos colores, con una ceja blanca sobre el ojo y mejillas grises, hombros anaranjados y espalda oliva.

Su rasgo más distintivo es la cresta central de su cabeza -de la que proviene su nombre ténico, Regulus ignicapillus– del color del fuego, flanqueada por dos franjas negras.

En los machos la coloración de esta línea es naranja rojiza y en las hembras más amarillenta.


la parte inferior de alas y el cuerpo, en contraste, exhibe tonalidades blanquecinas

con finas barras alares blanquinegras

Se descubre su presencia por un rápido revuelo detectado por el rabillo del ojo

y al fijar la vista, un pequeño rayo amarillo atrae nuestra atención

De rama en rama, de arbusto a pino, incansable buscador de alimento

disfruta más de los bosques frescos y húmedos del norte peninsular

siendo más escaso en la mitad sur, donde su presencia se restringe a zonas de montaña

Esperamos ansiosos la temporada primaveral, cuando luzca su cresta en todo su esplendor… nos vemos!
