Los días de viento son la maldición de las peluqueras, no hay clientes, total, para lo que les va a durar…

Y en estos días de otoño en los que el viento quiere tirar el monte abajo, nos hemos encontrado unos cuantos pajarillos aguantando las ráfagas…

poniendo al mal tiempo buena cara

agarrados firmemente a ramitas, palos, helechos,

clavando sus tacones, digoooo, garritas en los apoyaderos

intentando protegerse entre la maleza

y esperando pacientemente que amaine el movimiento del aire

mientras disfrutan de los ratos de sol

aunque ya llevamos varios días y no parece que llegue la calma!