Pequeñito, gracioso, adorable, simpático, muñequito, colorido, curioso….todo lo que se diga del herrerillo es poco.
Es un ave muy común en nuestros bosques, pero tan inquieta que no llegamos a divisarla con facilidad. Se confunde con su pariente el carbonero común, con el que comparte el pecho amarillo y mejillas blancas.
Llama la atención su color azul en alas y capuchón, junto con la leve corbata negroazulada de su pecho. También las patas muestran una tonalidad gris azulada.
La frente blanca destaca entre el azul brillante del píleo y el antifaz, finamente delineado, de sus ojillos negros.
El dorso, en pequeño contraste, nos enseña una zona más verdosa, como si se hubieran mezclado los otros tonos…
Y su pico, diminuto pero fuerte, constituye la herramienta ideal para su variada dieta compuesta de semillas, frutos, brotes y bichillos varios.
En los juveniles se puede apreciar una coloración amarillenta en frente y mejillas
con menor cantidad de azul, dandole un aire más despejado y mejor peinado
En las viñas del camino, residencia y descanso de numerosas aves, el herrerillo común encuentra una buena sombra con picoteo al gusto, ya que entre los frutales localiza diminutos animalillos
cortando en este proceso algunas florecillas, por lo que también se le conoce como picaflor o cortaflor, pero como para sacar adelante una nidada de 4 o 5 pollitos hacen falta miles de orugas y larvas, es de gran ayuda para los agricultores.
Aunque luzca pecho amarillo como el carbonero y tamaño similar al garrapinos el herrerillo es fácilmente identificable, aquí tenéis una comparativa para distinguirlos.
Hasta aquí el post de hoy. Otro día hablaremos más y mejor de estos simpáticos pajaruelos, nos vemos!