Ya están aquí, ya han llegado
bailando entre los cielos y la tierra,
dejándose llevar por el momento
de caza matutina, cuando los bichos
alados y atrevidos y algo tontos
se dejan atrapar como alimento.

La danza se convierte en un dibujo
de líneas quebradizas. Curvas caídas,
remontes vivos, y algún espacio
de quieto revoloteo. Un pensamiento
veloz cruzando el tiempo. Y la alegría
del vuelo intermitente, se conecta
con este sol radiante mañanero.

Maravillosa forma de empezar el día.

Egun on!!!
