A las siete de la mañana, saliendo de casa todos a la vez, ya que tenemos el horario tan, taaaan restringido que no nos queda otra…y por no mezclarnos ni formar multitudes, acabamos formando manifestacion, como estorninos de paso
Y siempre habrá vigilantes ojo avizor para detectar intrusos, a saber, personas mayores de 70 años entre los deportistas, carritos de niños o perros de peluche…
O expertos en ejercicio y nutrición que nos informen de la mejor manera de aprovechar estas escasas horitas para sacarles el mayor rendimiento…
Mientras los madrugadores balconeros nos jalean al pasar, deseándonos buenos días y pocas multas, y ejerciendo su derecho a opinar…
-Que estoy echando pluma, malpensada! Si me tienen a dieta de gusanitos flacos…
y después de una buena caminata llegamos a lo más alto, disfrutamos cinco minutos de las vistas, y p’abajo otra vez, que hay que dejar sitio a la siguiente oleada
Y ya que estamos, critic…..digooooo, opinamos….
Ha sido corta pero intensa la caminata y al bajar dejamos paso a las juventudes, los mayores de 70 que todavía suben al monte, aprovechando sus horas de paseo. Allí no les cogerá el virus, seguro!!!
Mañana más….o menos, que ahora que nos dejan hacer tantas cosas, no tenemos tiempo para todo!
–Oye, que han dicho en el barrio que han dicho en el Distrito que han dicho en el Ayuntamiento que han dicho en Diputación que han dicho en el Gobierno que ya podemos salir a hacer deporte…sabes tú dónde puedo conseguir la acreditación para que no me pongan multas? Que seguro que hay algunos que todavía no se han enterado…
–Que sí, que me lo ha chivado el Pako, el ánade azulón que vive en La Peña, ya están organizando carreras a lo largo de la ría, menudo fiestónse va a montar!
–Pues los gorriones de Rekalde llevan toda la cuarentena pasando un hambre…que ni las migas les echan ya…me han pedido que les visite, para poder salir con niños, jijiji
–No seáis impacientes, seguro que este fin de semana se acercan todos con el bocadillo, los padres corriendo y los niños jugando. Mientras no se traigan al perro…
–Que yo me voy con mi madre, harta me tienes de estar todo el día pavoneándote!!! En el parque de Txurdínaga me han reservado un nido para mí solita!
–Sé de buena tinta, por las plumas de Any la de Mendikosolo, que se va a poder correr por los parques, siempre que respetemos las distancias de seguridad y no salgamos del municipio…
–Ya veo que tenéis todos muchas ganas de largaros, pues por mí, genial! Así tengo todo el parque para mí solo, y podré lucir mi hermoso plumaje al sol, deslumbrando a todos con mi belleza!
–Éste todavía no se ha enterado de que este finde va a llover y aquí no va a venir ni el tato…
–Pero al final cómo hemos quedado? Salimos? No salimos? A qué distancia? Cuánto tiempo? Hasta dónde? Se puede correr, volar, pasear, tomar un piscolabis? Y donde se recoge el certificado???? Alguien lo sabe??????
Este es un sitio perfecto para pasar la cuarentena, nadie a la vista y unas vista perfectas, comida cerca, sólo tengo que descender al suelo y allí tengo bichitos varios a mi merced…creo que lo voy a pasar genial…
¡Hacia el otro lado las vistas son aún mejores! Montes y valles, allí la torre de Iberdrola, en este lado tengo Arraiz, Arnótegi al frente, y esas vacas están dejando huellas por todo el campo pero hasta aquí no llega el olor…
Qué paz. Con eso del distanciamiento, nadie viene a molestar. Y yo que soy un poco ermitaño…
-¡Buenas, vecino! ¿Cómo lo llevas? Te he visto desde el árbol de enfrente, el roble, ya sabes, donde el picapinos. Jo, que se pasa todo el día con el pum pum del «Resistiré», no hay quien lo aguante ya, me escapo un rato que necesito hablar con alguien, ¿tú no te aburres? Esto del confinamiento no puede ser tan estricto, estoy seguro de que el gobierno nos oculta cosas, no es para tanto…bla bla requetebla….
–Metro y medio de distancia, ¿no te has enterado? Mejor te vas por donde has venido, que no quiero yo líos…Además, con todos los árboles que hay por aquí, ¿se puede saber porqué te vienes al mío? ¡Anda y búscate uno propio!!!
Joé, que carácter, el amargao éste, yo que venía a proponerle un poco de pikoteo conjunto, que he visto un árbol hueco con mucho bichito dentro…
-Compadre…¿me permites invitarte a…?
Uff, ni pestañea, como si yo no estuviera, o se está haciendo el sordo, hay que ver que antipático, cualquiera le aguanta, estoy seguro de que su parienta le ha abandonado por borde, no, si ya digo yo que hay cada elemento que no sabe convivir, no me extraña que el gobierno haya puesto confinamiento, para algunos será hasta buena esta situación…bla bla bla…
-¡Que te largues a otro árbol de una puñetera vez!!! ¡Quédate en casa pero en TU CASAAAAA!!!!!
Ale, a buscarme otro árbol. Demasiada cercanía con los vecinos cotorros. Uy, que estoy viendo que el petirrojo se marcha del roble seco, pues el que fué a Sevilla perdió su silla! Allá voy!
Llevamos ya un mes de confinamiento, en nuestra casa encerrados, pasando un síndrome de abstinencia pajareril que combatimos con nuestras mejores armas: paciencia y nuestra fiel compañera, la cámara fotográfica. También tenemos otra compañera, nuestra perrilla Itzal, siempre presta a dar el antepenúltimo paseo…hasta el sofá. Cuando esto termine, va a salir rodando!
Con esto de tener la ciudad vacía, parece que algunos de nuestros pajaruelos habituales se animan a hacernos una visita. Estábamos acostumbrados a los gorriones, a los colirrojos, a los petirrojos, ….pero es la primera vez que veo una curruca capirotada, a punto de asomarse a mi ventana.
Durante un par de días hemos tenido unos cuantos por aquí, deleitándonos con sus cantos y su presencia y ayudando con los mosquitos de la zona, gracias!
En el tejado frente a mi ventana, los gorriones construyen el nido. Para ello, me han robado musgo del murete de entrada, pelos de perro y alguna fibra enganchada en la verja, de los días de viento.
El colirrojo tizón, otro habitual de la zona. Todas las mañanas emite su canto subido a la antena de la casa adyacente. Y de vez en cuando nos deja sacarle alguna fotico…
Y su compañera, haciéndose la interesante
Todos, tooooodos los días nos despierta nuestro compañero más madrugador, el petirrojo. Y en ocasiones, hay conciertos a tres o cuatro voces, perfectamente repartidos entre los cuatro arbolillos de la zona.
El carbonerito de la zona, llamando a su compañera. Tit tit…tit tit…
Y ayer mismo, un numeroso grupo de jilgueros rivalizaba en cantos o riñas, no estoy muy segura…
Y este sí que no me lo esperaba, un chochín! Acaba de regalarme su mejor trino. Espero que esté construyendo el nido por aquí…