Cerca de Bilbao en dirección Cantabria podemos disfrutar de la playa de La Arena, compartida entre los municipios de Ziérbana y Muskiz, de olas borrascosas y arena oscura, donde confluyen la salida del rio Barbadún con la entrada del Cantábrico, formando unas marismas en las que han decidido tomarse unos días de descanso unos particulares visitantes.
Las mareas vivas habían atraído a más comensales que de costumbre: llegaron garcetas blancas, un grupo de garzas reales, otras cinco garzas imperiales y una bandada de avefrías que se escondieron rápidamente entre la vegetación. Pero lo que realmente nos extasió fué este grupito de cinco flamencos.
Uno de ellos se acercó hasta la zona de la salida de la ría, causando sensación entre los paseantes de la playa…
…ignorando totalmente a los mirones, se dedicó a la captura de pequeños crustáceos y moluscos, con la intención de ir consiguiendo esa tonalidad rosada que les caracteriza…
…ya que durante los primeros tres años su coloración es más bien blanquinegra, por lo que podemos decir que éste era jovencito aún…
…adoptó posturas imposibles con su largo cuello, jugando a acicalarse las plumas…
…y nos enseñó el arte del filtrado de comestibles: en su pico posee unas plaquitas que separan el lodo de los alimentos para obtener un buen bocado.
Ya veis, no es imprescindible acercarnos a Doñana para disfrutar con los flamencos, aunque es una visita excepcional.. ¿Será cosa del cambio climático? Cualquier día nos visitan los pelícanos…