Repasando las entradas de este blog descubro que hay una, la más importante, la que nos condujo a la caza y captura de aves en formato digital, la que nos enamoró…¡Que no está!!!
¡No me lo puedo creer!!! Mis buitres, los más osados, los más leonados, los que nos atraparon en esta vorágine de captadores de naturaleza…Mis pobrecillos están escondidos entre las páginas polvorientas de mi libro de ideas. Pues no se diga más, ¡Ea!
Va por vosotros, chiquitines.
Solemnes:
Para distinguir a los juveniles de los adultos podemos fijarnos en tres puntos:
El color del iris. Característica más difícil de observar en el campo, pero que en ocasiones se puede llegar a distinguir. En los jóvenes es un marrón muy oscuro, aclarándose segun llegan a la edad adulta.
El color de las plumas de la gorguera rodeando la base del cuello. En los juveniles es claramente marrón, mientras que en los adultos se va aclarando llegando a ser de color blanco.
Y el pico. En los jóvenes tendrá un tono oscuro que se irá aclarando progresivamente hasta tomar un color claro.
También podemos fijarnos en la forma de sus plumas en la distancia, aunque para ello necesitemos unos buenos prismáticos, porque si no…
los juveniles tienen el perfil de las plumas de vuelo más puntiagudo y los adultos más redondeado.
¡Sí, muy difícil de distinguir!!!
Ale, ya tenéis deberes para el próxime finde. ¡A clasificar buitres!