En la zona en que el Nervión se convierte en la ría de Bilbao.- A la altura de nuestro parque preferido en Abusu- la Peña, el parque de Ibaieder, que esta misma semana estrenaba un mirador de madera con vistas al agua. Pues ahí, no.– Un poquito más adelante, ya pasada la carretera, entrando en Arrigorriaga…sí, ahí, en el puente. Donde está el cartel enseñando qué tipo de aves puedes ver si tienes suerte y paciencia…junto a la ikastola…¿Ya? Ya has llegado. Ahora asómate a la barandilla, sintiendo cómo el tráfico hace retemblar el puente bajo tus pies. Y mira:
disfruta observando cómo llega la garceta común, o garceta blanca. Una de las aves más elegantes y delicadas que recalan en las orillas del río que recorre nuestra ciudad.
Aparece con aire explosivo, las plumas erizadas, levantando pasiones…
…porque la garceta macho en su época nupcial presume de dos largas plumas en su cabeza,
así como cierta cantidad de plumas desflecadas en pecho y dorso.
Y esta belleza ha venido con ánimo de buscar compañera, ¿Está claro?
No, no es la danza nupcial, dos gaviotas patiamarillas de primer año le disputan la zona de pesca: no en vano llevan ellas todo el año trabajándose las angulitas para que ahora llegue una advenediza y se las lleve todas…
Sus maniobras parecen no dar resultado. Observa el movimiento de las aguas e intenta, sin éxito, pillar un pintxo bilbaíno que llevarse al pico…
Recorre el tramo de pequeñas cascadas y nada. Se mueve a las rocosidades bajo el puente, donde las gallinetas revolotean, y nada. Da una tercera vuelta volando sobre los edificios y volviendo a la zona de pesca y…nada. Hoy parece que no es su día, ni comida ni novia. Oscureciendo ya, decide buscar al menos un refugio para pasar la noche. Mañana será otro día, y con un poco de suerte…
…nos volvemos a encontrar y nos enseña sus métodos de seducción.
¡Ojalá!!!