Un milano a la luz de la tormenta

En un viaje relámpago en mayo a Candeleda, en Ávila, nos acercamos a la laguna del Rincón, donde cigüeñas y garzas forman verdaderas comunidades sobre las copas de los árboles.

Y esta es la historia de un pequeño milano valiente dispuesto a soportar rayos, truenos y aguaceros diversos, y de los incautos fotógrafos que se enfrentaron a una tormenta inusitada.

Nuestro amigo llegó mientras el avezado fotógrafo y su fiel ayudante preparaban los enseres para una sesión fotográfica de las numerosas cigüeñas anidadas en el lugar. Vio la cámara, el trípode, el teleobjetivo preciso…

…y se preparó para la sesión de fotos.

Acicaló con esmero su plumaje…

…volvió la mirada hacia el frente, donde reposaban un par de garzas y tres cigüeñas…

y ante el acercamiento de la tormenta, mientras el paisaje se oscurecía revisó la retaguardia por si volvía el cernícalo que acababa de sobrevolar la zona…

…se removió en la rama apoyándose con mayor seguridad…

…y decidió desafiar al señor de la cámara son su mejor mirada a lo Clint Eastwood.

En ese momento, pareció constatar que los dos humanos y el perro que lo observaban encandilados no pertenecían a ninguna especie conocida de la zona…

Y no nos dio tiempo de escondernos: aquí su última mirada de advertencia…

…y la veloz huida…

…hasta el lejano tronco seco donde permaneció, estoico, mientras la tormenta descargaba, arreciaba, inundaba la zona , nos apresaba en el interior del observatorio asustados ante tanta virulencia, se relajaba, remitía, volvía a salir el sol…y dejaba unos destrozos fotográficos cuantificables: una intensísima ráfaga tiró la cámara al suelo desmontándola con el golpe. Pero eso sí, antes de la catástrofe, conseguimos sacar unas fotos chulas de nuestro milano…¿A que si?

Una de rapaces, rapaziña

Al barrio obrero en el que resido, lleno de currantes venidos de tierras gallegas hace más de medio siglo, llegan muchos nietos a visitar a sus abuelos en estas fechas navideñas. Recordando su tierra, suben con ellos al monte a recoger castañas y piñas para aquella cocina de leña que ya no tienen, y los críos se ríen de los mayores cuando les llaman rapaz, rapaziño, rapaziña…

-¡Como los pajarracos, abuela, no me digas eso!- Es Andrea la que protesta, mientras su abuela Hermi, de las Herminia de toda la vida, ya que su madre y su abuela se llamaban igual, rezonga con su acento eusko-galego.

-Pues igual de ahí les viene el nombre, porque son aves listas y de buen ojo, como tú, que siempre sabes cuando hay croquetas para venir a visitarme, rapaza! Y bien bonitas que son las rapaces, que vuelan como las cometas…-

-Anda ya! No hay ningún bicho que vuele como una cometa, te lo estás inventando!-

-Mira arriba. ¿Lo ves? Aquí en lo alto de este monte tan bonito que se llama Arraiz, se ven muchas cometas con plumas. Ese que se queda allí quietito, buscando su presa…-

-¿Está colgado con un hilo, como las bolas del árbol de navidad? Con el viento que hace y no se mueve…-

-Es un cernícalo. Así distingue bien su presa. Primero la localiza y después…¡Zas! Se tira a por ella.

-¿Y ese otro, que es como blanquito?-

-Un abejero. Le gustan mucho las abejas pero también nos ayuda con esa avispa tan grande y tan mala que viene de muy lejos…de Asia?, que son enemigas de las abejas. Y ya sabes que las abejas nos dan rica miel…

Pues es muy chulo…Y ese otro? Se parecen mucho pero no son iguales…-

-Es un Azor, las alas están rayadas por debajo, pero por encima es oscuro…y tiene los ojos rojos!

-Jo, abueli, yo no sé cómo los distingues, con lo lejos que están…Uy, que no, que ese está muy cerca y es muy grande, corre que nos cogeeeee!!!

-¡Ay rapaziña, no te asustes, que no come niñas!!! Es un buitre, aquí hay muchos y a veces puedes verlos de cerca, cuando se ponen entre las rocas junto al vertedero de Artigas. Tiene un primo que es todo blanco y negro y se llama alimoche.-

Y mira, ves el que vuela a su lado? ese es un busardo. Les gustan las mismas zonas, seguro que hay muchos ratoncitos por ahí…-

-¿Hay muchos más pájaros de esos? ¿Y hay comida para todos?-

-Hay muchas aves rapaces, sí, a veces veo al halcón peregrino que viene de visita a la zona de canteras, y a la aguililla calzada, y algún gavilán, y el elanio azul, aunque a ése sólo lo he visto una vez, y qué bonito era…y yo creo que sí, que hay comida para todos porque si no…no estarían por aquí, ¿No?-

-¿Ya no hay más? ¿Y el que vuela como una cometa? Porque yo no lo he visto, eh!

-A ver, tú que sabes inglés, ¿cómo se dice cometa?-

-Kite.

-Pues ahí los tienes, el milano negro, que en inglés se llama black kite y el milano real, que en inglés se llama…-

-Royal kite!-

-¡JaJa! Pues no, rapaza, es más fácil, ves el color que tiene…pues se llama red kite.-

-Uala….y tú como sabes esas cosas? ¿También sabes inglés?-

La abuela Hermi suelta una risa de las de dentro, de la que crece como una burbuja desde la tripa hasta la garganta y borbotea de alegría.

-No, mi niña, yo tengo Google!

Dedicado a todas las abuelas y amamas que cuidan de sus nietos en estas navidades. ¡Por muchos años!