A las siete de la mañana, saliendo de casa todos a la vez, ya que tenemos el horario tan, taaaan restringido que no nos queda otra…y por no mezclarnos ni formar multitudes, acabamos formando manifestacion, como estorninos de paso
Y siempre habrá vigilantes ojo avizor para detectar intrusos, a saber, personas mayores de 70 años entre los deportistas, carritos de niños o perros de peluche…
O expertos en ejercicio y nutrición que nos informen de la mejor manera de aprovechar estas escasas horitas para sacarles el mayor rendimiento…
Mientras los madrugadores balconeros nos jalean al pasar, deseándonos buenos días y pocas multas, y ejerciendo su derecho a opinar…
-Que estoy echando pluma, malpensada! Si me tienen a dieta de gusanitos flacos…
y después de una buena caminata llegamos a lo más alto, disfrutamos cinco minutos de las vistas, y p’abajo otra vez, que hay que dejar sitio a la siguiente oleada
Y ya que estamos, critic…..digooooo, opinamos….
Ha sido corta pero intensa la caminata y al bajar dejamos paso a las juventudes, los mayores de 70 que todavía suben al monte, aprovechando sus horas de paseo. Allí no les cogerá el virus, seguro!!!
Mañana más….o menos, que ahora que nos dejan hacer tantas cosas, no tenemos tiempo para todo!
Tarde de invierno, al comienzo de la subida a Arraiz, por supuesto. Racha de días soleados que nos permiten disfrutar con avecillas como ésta. Chochín común, diminuto y saleroso pajaruelo.
Días atrás lo habíamos visto por casualidad, escondido entre unas ramas secas, en el suelo, vimos algo moverse y pensamos en un ratoncillo, algo pardo y diminuto…cuando alzó el vuelo y nos sorprendió.
Sabiendo que andaba por la zona, decidimos llamarle con un reclamo. Y allá que aparece, todo curioso, casi enfadado con el supuesto intruso
entablando una conversación muy animada, moviendo sus alas en un subeybaja constante
posando para nosotros en esta bonita postura en la que se aprecia la belleza de sus alas
reclamaba su terreno a pleno pulmón, como el mejor intérprete de cante jondo
tomándose un respiro antes de la siguiente , haciéndose esperar como buen divo
y lanzándose entusiasmado a por la siguiente tonadilla
hasta que decidió que el concierto se había terminado, que no habíamos pagado la entrada
y, harto ya de nuestra presencia, nos hizo saber su deseo de estar solo…
Aquí lo tenéis cantando muy animado. Mañana nos llevamos la guitarra!