Nuestra primera expo…

Todo empezó hace ya cuatro añitos. La cámara de fotos que mi fotógrafo favorito utilizaba decidió dejar de trabajar. Así, sin más. No hubo artista que la resucitara. Y tras unos meses con síndrome de abstinencia decidimos invertir en una nueva. Algo tuvo que ver Tito, de Olimpus, en la feria ecológica de EcoNoja, con su confianza en nosotros. Al lío: que este chico nos picó dejándonos la cámara un día entero y no pudimos volver más satisfechos.

Este fue nuestro primer bichillo. Mosquitero musical. Con la cámara prestada…

Tan fascinante fue la experiencia que nos enganchamos a ella. A los bichos, quiero decir. Todo tipo de pajarillos, en pose, en vuelo, picoteando, en peleas…¡todo un mundo nuevo por descubrir!

Y fuimos acumulando fotos y surgió este blog. Pero la cantidad de fotos seguía creciendo y al hablar con los amigos siempre surgía la misma pregunta…¿De verdad hay más pájaros que gorriones y palomas?

-Pues yo he visto uno con la cola roja…

Colirrojo tizón

-Pues yo he visto otro azul…

Trepador azul

-Y entre los patos de la Peña hay uno de colorines…

Ganso del Nilo

Y el que más me gusta: me manda una foto una amiga diciendo que hay un pajarillo en la manilla de su coche…y que no se atreve a abrirlo! Era un polluelo de zorzal, que recogió con mucho mimo y echó a volar.

No sabíamos que había tanta gente encantada de conocer pajaruelos, así que iniciamos la posibilidad de hacer una exposición con todas esas avecillas que nos rodean diariamente y no distinguimos…por las prisas, por desinterés, porque estamos convencidos de que a nuestro alrededor solamente hay gorriones, cuando solamente en Bilbao podemos encontrar unas cien especies distintas. ¡O más!

Y aquí estamos: Nos podéis encontrar en Expodistrito, donde se celebran exposiciones de cuadros, pinturas, fotografías,etc., en los centros de distrito de nuestros barrios.

La gira ha dado comienzo en el distrito de San Ignacio, fechas 16-26 de Enero. Posteriormente podréis verla en Rekalde, en fechas 30 Enero-13 Febrero. De ahí partimos a Castaños, 15 Febrero-15 Marzo. Y por fin en Otxarkoaga, 17 Marzo-31 Marzo.

Esperamos que os guste y os ponemos tarea: Localizar por lo menos unas 10 avecillas en vuestro entorno habitual. En estas fechas están comenzando a buscar pareja, así que…Estarán encantadas de que las veáis!

Ale! A empezar!!!

Cuatro gaviotas pequeñas y un falaropo

Seguimos con la racha de tormentas que atraen a cientos de aves hacia nuestras costas. Y aprovechando la abundancia, vamos a centrarnos en las llamadas gaviotas pequeñas. Osea, las que no son grandes.

Test de agudeza visual: localiza las tres cabecinegras entre las reidoras…

En esta ocasión nos han venido a visitar unas cuantas gaviotas cabecinegras, convenientemente mezcladas con sus primas reidoras, y entre ellas se han sentido bienvenidas unas cuantas gaviotas enanas. Y alguna otra que no consigo identificar bien…

Es imposible que tengas dudas conmigo…

Tengo que confesar que es la primera vez que veo una gaviota cabecinegra. En los años que llevamos pajareando nunca, nunca, nuncaaaaa, jamás había tenido la ocasión de vislumbrarla. Que seguro que estaba escondida en medio de millares de reidoras, pero …

Pero que no sabes distinguirnos y ya. No busques más excusas, pajarera…

…yo no las veía. Pues hoy sí, hoy me he quedado contenta de ver cabecinegras. A montones. Juveniles, maduritas, con medio capuchón, con jaspeado…

Ya nos vamos poniendo gorrito de lana, con este frío…

Y me han parecido guapísimas. Espalda gris perla, ojos con buen sombreado, pico ancho, rojo vivo con su anillo negro…

Tá claro: pico-rojo-anillo-negro. ¿Y las patas?

…a juego con sus patas, también rojas. De un rojo animado, no como el color de las reidoras que en invierno se torna en granate apagado, con el pico claramente más fino. Y éstas también tienen la marca del auricular que lucen como si fueran espías venidos del frío.

Aquí reidora a base, repito, reidora a base, esto está llenito de cabezot…digooo cabecinegras…

Entre ellas es fácil diferenciarlas por sus alas, ya que las cabecinegras carecen de las puntas negras de las reidoras, dándoles una apariencia mucho más nívea…

Y esa finísima línea negra en el borde de mis alas?

…pero no en todas las épocas, porque de vez en cuando te encuentras con ejemplares nacidos este año, en plena transición de colores,

o de primer invierno, con plumas negras en la cola y pico aún oscuro, que nos pueden hacer pensar en otras gaviotas…

…o de segundo invierno, cuando las marcas negras se van desvaneciendo y el pico se torna rojizo…

…hasta llegar a su edad adulta en la que resultan taaaaan blanquitas que enamoran.

Lo dicho. Plumaje gris blanquecino, pico rojo con marca negra, cabecita jaspeada hasta que se ponga negra en verano. ¡Y patas rojas!

Te estás poniendo un poquito empalagosa…

Y aquí la podemos comparar con la gaviota enana. Que es chiquitina pero matona.

Cuidado, que se acerca por la espalda, me voy a hacer la despistá…

La gaviota pitufa como la conocen por el barrio, es menuda, coqueta, de pico fino y marca estrellada gris en lo alto de la cabeza. Y de patas rojas.

Este ejemplar nos parece un joven de primer invierno con su patrón de color en las alas.

Con el pico negro en cualquier época de su vida…

…espalda gris…

He nacido esta primavera. Y nadie me dijo que aquí hacía tanto frio…

…y aspecto rechonchito. Este es un ejemplar juvenil que con el tiempo se transformará en…

La espalda se vuelve gris claro, aunque guardo la estrella en la cabeza
y durante el invierno mis patas se ven más claritas.

…otra pequeña gaviota blanca.

Ahora sí, aquí me tenéis de mayor…

Y aprovechando que nos hemos juntado un grupito de pajareros y fotógrafos recogiendo los restos plásticos de la tormenta, esta buena amiga nos ha ayudado a limpiar un poquito la playa.

De nada, encantada de echar una man…pico!

Lo mejor del día han sido un par de falaropos. Toda la semana oyendo hablar de ellos y no conseguíamos verlos…hasta hoy.

Referenciaaaaa, tamaño del falaropo picogrueso frente a gaviota reidora.

Son unas avecillas de tamaño menudo, manto gris y mancha facial tapando el ojo.

Faralopos picogruesos, también con su plumaje de invierno. Entre las gaviotas parecían un par de pajarillos extraviados.

El pico entreverado en naranja y negro.

Tras mucho esperar se han acercado lo suficiente para poder sacarles guapos.

Plumitas oscuras en la cola.

Y por fin, esta es una -ejem, ejem, creo que lo es…- gaviota tridáctila. Jovencita, eso sí. Parece que en la bandada había alguna adulta pero no pudimos localizarla.

En principio la he confundido con la gaviota enana, hasta fijarme bien en el dibujo de las alas. Y en la falta de estrella gris en la cabeza…

…pero me despistaba el collar jaspeado…

…y las patas negras…

…o no????

Mira, yo aquí lo dejo. Si alguien sabe de gaviotas, que me eche una manita pofavó…

Historia de un naufragio

En la playa de la Bola. Tras la marejada, la tormenta, los vientos, la lluvia…sale el sol. Y aquí afloran los restos del temporal, maderas, restos vegetales…y algún pajarillo despistado intentando mantener el equilibrio…

Ay, un pasito p’alante, Maríaaaaa

…como esta lavandera cascadeña que no parecía estar muy segura sobre su tabla de naúfraga…

y dos pasitos p’atrás….

…y tampoco se animaba a salir volando.

¿Volar? ¡Eso es de cobardes, chavala!

Un buen rato estuvo sobre la tablilla. Parecía estar disfrutando con la situación, así que la dejamos con sus equilibrios…

Con lo divertido que es jugar a Robinson Crusoe…

…y nos acercamos a este vuelvepiedras que también parecía traido por el oleaje.

Ni te imaginas lo que me trae el mar todos los días, esto está lleno de bichitos, yum, yummmm

Sabemos que se alimenta de minúsculos crustáceos, moluscos, pulgas de agua e insectos costeros, y parece que tras una buena tempestad la comida le salta sola a la boca…

No me quites el mérito: ¡con lo que trabajo yo levantando piedra por piedra!

Nuestro cormorán preferido. Siempre viene a saludar…o ¿no es el mismo?

Tú no sabes distinguir un cormorán de un pingüino…

Zampando pececillo tras pececillo, como se puede deducir por su abultado gaznate…

¿Me estas llamando gordo???

Y el favorito de mi fotógrafo preferido: el martín pescador. Esquivo rayo azul que vemos siempre con el rabillo del ojo hasta que nos da una sorpresa y se detiene un rato…

he hecho cuatro pasadas por la zona y no se asoma ni un triste boquerón…

…permaneciendo quieto el tiempo suficiente para sacarle cuatro foticos. En ésta se le ve atento a lo que se mueva en las cercanías…

…bostezando de aburrimiento…

¡Que estoy entrenando el pico! Es mi gimnasia diaria para poder tragar peces grandes.

…y vigilando que no haya moros, digoooo, gatos en la costa…

…ups, he creido ver un lindo fotógrafo…

…hasta despedirnos con este posado que nos dejó encantados de haberle conocido.

…pues me pongo más cerca y que me saque guapo.

Cada día me gusta más este trocito de playa.

Paraiso de garcillas bueyeras: Santoña

Ayer amaneció el día fresquito pero sin lluvia y decidimos acercarnos hasta Santoña por si caía algún pajaruelo perdido entre la bruma y las marismas.

No habíamos llegado aún cuando descubrimos en una campa junto a la carretera un pequeño mar de garcillas bueyeras, disputándose el honor de picotear entre las dos únicas vacas presentes.

Oye…estos no son de por aquí, ¿No?

Mientras mi fotógrafo preferido las sacaba bien guapas, yo me distraía con un busardo y un milano real. Y saludando a los perrillos de la zona.

Nop. Creo que se han perdido…

Las garcillas parecían no tener miedo de los humanos. O no nos vieron peligrosos…

En cinco minutos se van y nosotras seguimos a lo nuestro.

Seguimos camino hasta la primera extensión de marisma. La marea estaba bastante baja y los animalicos se veían muy lejos, como este archibebe claro que nos vigilaba en la distancia.

Ahora porque me ven de cerca, pero al principio me han confundido con otro…

Sin embargo, el zarapito real nos hizo el honor de aproximarse para la foto.

Y yo pegando grititos para que se marchen, pero no se dan por aludidos

En Cicero, junto a la marisma, en una campita acotada. Tres veces nos pidió una foto este petirrojo.

Primero en el árbol, luego en la valla y ahora aquí…¡Me ha faltado saltar sobre el perro guardián!

Y una bandada de jilgueros nos amenizó bajo la ligera lluvia que caía.

Bajo la lluvia toda la comida sabe más fresca…
…las semillas más sabrosas…
…y el pico se limpia mejor.

Ya en el puerto de Santoña, este elegante gaviota sombría con su mejor perfil destacaba contra el sombrío fondo nuboso.

No hay como un buen fondo para resaltar mi belleza natural

Y estos divertidos cormoranes muy jóvenes, como se deduce de su vientre blanquecino y la cara de todavía polluelos que tienen. Las patas son aún claras, no oscuras como las de los adultos. Hasta el tamaño era reducido, como se aprecia al compararlo con la gaviota reidora que los acompañaba.

Somos cormoranes moñudos, somos más pequeños que nuestro primo el cormorán grande

En nuestro última vuelta hacia el dique separador entre la canal de Boo y la marisma de Solija (o Bengoa, depende de quién la nombre), se nos cruzó un andarríos despistado por el centro del pueblo.

Por favor, ¿el río más cercano?

Oscurecía ya en esos momentos, propiciando el éxodo masivo de garcillas hacia este reposadero y tuvimos la suerte de coincidir con un grupo de pajareros disfrutones, una encantadora gente de Salamanca con la que compartimos esta maravillosa estampa…

Nuestro árbol de Navidad favorito.

Maravillosa Santoña, como siempre.

Gaviota de Delaware visitando Bilbao

El día 3 de diciembre algún pajarero avispado dió el aviso: una preciosa jovenzuela de Delaware se estaba paseando por la zona de la Peña, en el rio Nervión…En pocos días estábamos todos los curiosos por la zona.

En dos ocasiones pude verla con nitidez pero me faltaba el artista: si no hay fotos que lo justifiquen, a ver cómo convenzo yo a nadie de que la he visto…y por fin, aquí está. Aprovechando estos días de fiesta y sabiendo cuál es su lugar favorito, pudimos verla bien. ¡Nosotros y otros tropecientos fotógrafos! Aquello parecía una convención…

Que os estáis equivocando, miradme bien…

Nop. Esta no es.

Hay que admitir que desde lejos daba el pego: clarita, pico oscuro…jaspeada…pero no. Supongo que será una patiamarilla de segundo invierno, por el manto gris que luce. Pero se vió claro cuando se le acercó una reidora con malas pulgas…

Eso sí, guapa soy un rato…

…y pudimos comparar el tamaño. A veces se necesitan ciertos elementos para poner las cosas en perspectiva.

Así que recorrimos un trecho junto a la ría, saludando a la pareja de cisnes que se han convertido en habituales y al martín pescador, como siempre esquivo. Y llegamos a la estación de tren…allí estaba, en la tejavana, observando a los pececillos que recorrían la ría con la subida de la marea.

Ya me han vuelto a localizar estos locos…

Esta sí. ¿Veis cómo induce a error? Jaspeada, con manto gris, patas rosadas…y el pico distintivo, rosado con la mancha negra. Por este rasgo se le denomina también como piquianillada.

Levantó el vuelo seguida de su cohorte de reidoras y volvió a su posición anterior. Y todos los fotógrafos detrás.

En esta ocasión nos ofreció otra perspectiva…

Aquí camuflada seguro que no me ven…

Al verla rodeada de sus nuevas amigas, quedó más que claro. El tamaño lo dice todo.

Comenzó el show: chapoteos, alborotos, grititos de las reidoras, grititos de nuestra chica, más chapoteos…

Agüiiita del Nerbioi…..rica para tomar un bañitooooo

El sonido de las máquinas fotográficas servía de fondo musical.

En esta bañera tan grande cabemos todassss

Terminó la exhibición con un elegante aleteo y la dejamos en paz.

Me he dejado las entretelas niquelás!

Nos contaron que en realidad tiene un poco de genio y cuando ella decide quedarse con la comida no hay ninguna que se lo discuta…Yo tampoco me enfadaría con ella!

La próxima vez que vengas trae un poquito de jamón, que no sólo de pan vive la gaviota…Hasta otra!

La elegancia hecha ave: una de garzas

A pesar de la fragilidad de su aspecto, su estilizado cuerpo junto con sus patas largas y fuertes les permiten sostenerse en las corrientes del río: los pies tienen tres dedos que apuntan hacia delante y otro hacia atrás, confiriéndoles estabilidad a pesar del movimiento del agua.

Siempre con los piececitos a remojo…

El largo cuello de las garzas tiene las vértebras cervicales modificadas para que se pueda torcer en forma de S, siendo más largo en las garzas diurnas que en las nocturnas. Este cuello se retrae en vuelo, formando así un característico perfil.

Cuello encogido, patas estiradas, deditos tocando el agua…

Su forma de pesca es un movimiento rápido de su pico largo y con forma de arpón, con el que consiguen todo tipo de presas: pececillos, crustáceos, incluso polluelos de otras aves, ya que son eminentemente carnívoras.

Cuidadito que pincho…

En nuestros humedales y ríos podemos encontrar y disfrutar a simple vista de unas cuantas garzas, comenzando por la siempre vigilante garza real…

Apostada en la cascada de Abusu-la Peña, como tengo por costumbre…

y su pariente próxima, la garza imperial.

En las marismas de Santoña tengo mi mejor refugio…
…entre los cañaverales!

La garcilla bueyera, famosa en el mundo entero por alimentarse de las moscas que pululan entre las vacas…

Desde aquí se pueden catalogar los bichos en moscas negras, bichos cojoneros, tábanos gigantes…
…mosquitos picantones, algún escarabajo y un par de saltamontes despistados…
Pero no vayáis al monte Arraiz, que estuve el otro día y las vacas no me dejaron ni acercarme…
…y para descansar, nada mejor que una siesta junto al agua.

La garceta grande, de similar tamaño a la real, blanca y de pico naranja.

Y su hermana pequeña, la garceta blanca. Impoluta, distinguida, estilizadísima, el-no-va-más de la elegancia. Hasta los andares son de alto copete. En las aguas de Santoña es la emperatriz.

Pa’ cursi la que escribe esto. Vale que me tenga cariño, pero creo que se ha pasao veinte pueblos…

Si es que me emociono. Cada vez que la veo me parece más reguapaaaa.

Garceta blanca observada desde lo alto del puente de la Peña. Estaba ocupada con sus pescaítos…
Peleándome con los cangrejos que no se dejan coger.
Con un sol tan espléndido sólo me queda bailar.
Ni comer tranquila le dejan a una…

Por supuesto que hay más clases de «ardeidae» (hasta su denominación suena etérea), entre tanta garza y similar tenemos al martinete común. Este jovenzuelo se nos acercó en los humedales de Salburua, ese oasis situado en el centro de Vitoria.

Toda la mañana escondido bajo el árbol, y en cinco minutos han llegado veinte fotógrafos.

Y para despedirnos, esta imagen que podría pasar por un cuadro de Sorolla, si al gran pintor le hubiera gustado representar aves…La luz del atardecer y el brillo del agua enmarcan a esta garza gris en su vuelo hacia los posaderos donde pasará la noche, en las marismas de Santoña.

Volando voy…volando vengooooo

Está claro que me gustan las garzas, ¿No?

Una de gaviotas reidoras peleonas

En la playa de la Bola en Algorta, además de diversas aves refugiándose de las tormenta, es fácil encontrar una buena bandada de gaviotas reidoras. allí recalan con ánimos jocosos, pendencieros y alborotadores, como esta parejita que nos ofreció todo un espectáculo acrobáticocircense.

Oyesss…se me está ocurriendo que con tantos fotógrafos a la vista, podríamos organizar un pequeño show…

Entre chillidos y revoloteos, saltaron…

¿Empezamos con un ataque o una persecución?

…se persiguieron…

¡Vete volando, que tú la llevas!

…intentaron protegerse…

¡Que te lo has creído, la llevas tú!

…hubo empujones…

¡Pilla pilla, te pongo la zancadilla!

…bailoteos…

Querida, ¿me concedes este vals?

…acorralamientos…

¡Supermaaaan al ataqueeeeee!

…discusiones a viva voz…digooo…¿risas?

¡Supermán quiero ser yo, tú eres batman!

…corre que te pillo…

Nananananananana ¡Baaaatmaaaaaaaan!

…pues lo llevas claro…

Y ahora soy el Joker…¡Juajajajajjjjaaaa!

…las mejores amiguitas…

¡Te pillé!

…interpretación libre de la danza del cisne…

¡Y haciendo un rebote acuático, me libré de tu abrazo paralizante!

…y reconciliación.

Ha estado bien ¿eh? ¿Lo repetimos?

¡Mejor que el cine! Nos faltaron las palomitas.

Y la tormenta pasó, 2ª parte.

Unos días después podimos volver a la playa de la Bola, en Algorta, a comprobar el estado del correlimos cojito.

O se había marchado o se había curado, porque en vez de uno solito vimos…dos.

Correteando por toda la playita entre los restos de la última marejada. –Por cierto, es desesperante ver la inmensa cantidad de plásticos entre los restos, no es de extrañar que nos alimentemos de microplásticos. Esperemos que esto cambie en un futuro próximo, muy próximo…-

Siempre es difícil describir más o menos el tamaño de un pajarillo, así que aprovechamos la oportunidad que nos brindó esta gaviota reidora, para estimar que nuestro correlimos se asemeja a una pequeña bolita de nieve…

…aunque junto a la lavandera blanca pareció crecer.

Por allí llevaba unos cuantos días otra visitante inusual, una serreta mediana.

Se le veía cómoda con la cantidad de fotógrafos que había sacándole guapa…

…y nos ofreció su mejor perfil. –En los escasos ratos en que emergía de su pesca submarina, claro.

Pero la que se llevó los mejores aplausos fue esta garceta blanca con su habilidad para la pesca.

Lo mismo atrapaba a un sargo real, de los que se esconden entre la arena del litoral rocoso…

…como a…-bueno, no tengo ni idea de cómo se llama este pececillo-…

Y esto creo que es una angula crecidita en proceso de convertirse en anguila. ¡Ups, se acabó el proceso…!

Mientras observábamos a la garceta, se nos coló esta lavandera cascadeña con ganas de protagonismo. Aquí mirando fijamente a la cámara…

…y aquí empujada por el viento, enseñándonos sus enaguas-color-rayo-de-sol.

A la hora de marchar nos llamó la atención un cernícalo que pareció caer contra los arbustos. Al parecer, una fortísima ráfaga de viento lo había empujado a realizar un aterrizaje forzoso. Por fortuna se recuperó rápidamente.

Pareció apoyarse en la rama de un árbol y mi primera impresión fue que se había roto un trocito de la misma…pero no.

Realizó una captura, se apoyó en una farola para engullirla, y prosiguió vuelo.

La pena es que nos quedamos sin ver a unos falaropos que andaban por allí. O quizás ya habían continuado viaje…Otra vez será.

Llega la tormenta, 1ª parte.

Se acabó el verano extendido a lo largo de tooodo el mes de octubre y parte de noviembre. Este año el ahora denominado «veroño» se ha quedado más tiempo del habitual, llegando a coincidir con el movimiento migratorio de miles de aves.

Si añadimos las tormentas propias de la época a tan inusual situación, obtenemos como resultado una mayor afluencia de pajarillos viajeros en nuestras costas…como ha sucedido en la conocida como playa de la Bola, en Algorta.

El primero que nos ilusionó fue este charrán. Elegante, rápido, estilizado, con frente blanca y pico negro…¿con pico negro? ¿será un charrán ártico???

Lo observamos bien. Sus giros y evoluciones…

…piruetas y picados…patas rojas…

…vuelo veloz, incisivo..

…chapuzones buscando alimento…

…Pero no. Como se aprecia por las marcadamente oscuras primarias, es solamente un juvenil de charrán común. Y las ilusiones que nos habíamos hecho…

A cambio de nuestra decepción, se esforzó en deleitarnos interaccionando con otro visitante, este ejemplar de colimbo chico,

el cual recorrió de lado a extremo y de punta a cabo toda la playa de la bola, desde las rocas bajo el paseo hasta el edificio de la Cruz Roja, solazándose en el momento de calma entre lluvias y ráfagas racheadas…

y manteniendo pequeños altercados con el chico de la boina.

Nos han contado que nuestro charrancillo estuvo importunando también a un cormorán de la zona, en su empeño por robarles algo de comida…y en todas las ocasiones se fue con el pico vacío. ¡Otra vez será, compañero!

Tras un par de chaparrones y notando que el viento se iba enfureciendo, dimos una rápida vuelta de reconocimiento hasta que… encontramos a esta pequeñina. Lo que en principio nos pareció una reidora con las alas demasiado oscuras, resultó ser una gaviota enana.

Aguantamos bajo la lluvia el tiempo suficiente para una tirada de fotos y dimos por terminada la sesión, pensando en volver cuando se calmase la tormenta.

El mal tiempo también trajo hasta la playita a otro visitante inusual, el correlimos tridáctilo…tenía una de sus patitas un poco perjudicada y temimos por su supervivencia, pero…

…-continuará-…

El baile del mosquitero

Los mosquiteros musicales son avecillas migratorias que pueblan esporádicamente nuestros campos y pueblos llenándolos de alegría con su canto y contribuyendo a limpiar de bichillos el ambiente.

En una visita a Orduña a mediados de septiembre aprovechando los ya mencionados abonos ferroviarios, descubrimos a este jovenzuelo con ganas de baile.

Volando vooooyyy…

Le veíamos revolotear sin vislumbrar el motivo de tanta agitación hasta que nos fijamos bien…

…volando vengooooo…

…descubriendo una telaraña repletita de pequeñas presas.

Cercano andaba otro musical reclamando su parte…

Aquello parece un bufé libre…¡Guárdame algo, compañero!

…y entre los dos establecieron cierta colaboración…

No hay arañas a la vista ¡Vamos a ello!

…uno por la zona superior y el otro atento al movimiento…

Cachisss, se ha quedado enganchado…

…de cualquier bichito que se pudiera desprender…

Espera, que te aflojo este hilo a ver si cae alguno…

…para atraparlo en su caída libre.

¡Este si! ¡Pillado!

Cuando terminaron con la pequeña telaraña realizaron otro vuelo de reconocimiento y…

¡Mira! ¡He encontrado otra red llenita!

…¡Esto sí que es tener la despensa llena!

Yo por arriba y tu por abajo, hay para todos!

Este curiosote parecía estar supervisando toda la operación, tan atento que nos dejó sacarle unas cuantas fotos en la misma postura. ¡Nunca había visto a uno tan quieto!

En cuanto acaben esos dos me la termino yo…

Como todos los años, los mosquiteros musicales pasan por aquí en sus movimientos migratorios. Pero me han contado que algunos han decidido quedarse, que les ha gustado el sitio…¡Bienvenidos!